EXPLICACIÓN
DE LA TÉCNICA DESDE UNA PERSPECTIVA MATERIALISTA
El ser humano es un ser que
nunca está quieto, que siempre está ejecutando alguna acción y que siempre
quiere más y más. Al accionar humano le llamamos técnica. Entonces, por qué el
ser humano siempre está en constante movimiento haciendo cosas y acciones. Para
dar respuesta a esto debemos centrarnos en una explicación desde el punto de
vista materialista partiendo desde diferentes puntos de vista de autores que en
su momento serán refutados. Mi tesis es que finalmente, viéndolo desde una
perspectiva materialista, las grandes cuestiones del ser humano como sentido,
dios y la espiritualidad no tienen lugar en un mundo físico o real sino más
bien en un ámbito técnico-psicológico.
Una de sus principales acciones
es la invención, la creatividad, el hecho de cambiar al mundo a su interés. En
efecto es un ser creativo por naturaleza. Según Ortega Y Gasset, es un homo Faber en todo sentido, es decir, no
sólo materialmente sino espiritualmente por ello Husserl destina un tratado al
tema espiritual que se vivía Europa en el siglo xx entre guerras. Esto quiere
decir que el ser humano también ha creado una vida espiritual una vida
inventada, tal vez, para superar sus propias limitaciones como la muerte o el
desconocimiento de las cosas, por ejemplo, cuando decimos que el alma es
inmortal o cuando decimos que solo el alma puede entender realmente ‘‘la
esencia’’ de las cosas.
El accionar humano tiene una
manera de actuar que siempre será igual; primero existe una necesidad, luego una
planeación, después el desarrollo de lo planeado y lograr lo que se desea. Ésta
es una técnica a grandes rasgos muy primaria y vaga. Un proceso más avanzado,
más especializado es aquello a lo que llamamos tecnología, la cual se basa en
las ciencias duras del conocimiento que sirven a al ser humano para
perfeccionar su técnica, basarla en un entendimiento del mundo y de la
previsión de diferentes efectos y variaciones en lo que se quiera hacer (Bunge) .
‘‘La vida de una persona no coincide, por lo
menos, totalmente, con el perfil de sus necesidades orgánicas sino que se
proyecta más allá’’ (Gasset, 1965, pág. 19) . Esta frase de
Ortega Y Gasset nos puede dar una pista. El ser humano tiene una necesidad de
trascendencia natural que viene de todos los gen (por sus espirales inmortales)
de su cuerpo que quieren sobrevivir, estos genes egoístas nos ayudarían a
explicar el por qué el ser humano tiene esta necesidad ‘‘no biológica’’ de
trascendencia, de llegar más allá, de sobrevivir a toda costa. (el gen
egoísta) .
Pero, ¿qué tiene que ver el gen egoísta con la técnica y con la espiritualidad
del hombre? Pues gracias a ese gen el
ser humano busca trascendencia y ha creado su espiritualidad, algo inmortal,
que pase lo que pase, le asegura, psicológicamente, que sobrevivirá, que es
inmortal. Esto explicaría la creación del espíritu como un mecanismo natural
del hombre en pleno uso de su razón para sobrevivir y trascender ‘‘la
inteligencia da lugar a la insatisfacción, un nuevo mundo y, así, a la
técnica’’ (Mitcham, 1989, pág. 62) .
Entonces,
es cierto que el ser humano es un homo Faber
que solo busca construir, inventar y descubrir. Todo aquello que le asegure
supervivencia o confort lo buscara tenga lo que tenga que hacer. ‘‘la técnica
está ligada, necesariamente a lo que significa ser humano. La vida humana es un
fenómeno que supone una relación con las circunstancias, pero no de forma
pasiva sino como creador activo de esas circunstancias’’ (Mitcham, 1989, pág. 60) .
La
técnica, desde otro punto de vista, puede ser también interpretada como una
extensión de los órganos humanos (Mumford, 1971, pág. 25) y esta tesis sería
igual de válida para sustentar nuestra teoría. Así, pues, la espiritualidad
sería, en un sentido de transcendencia, una extensión de nuestra propia vida a
algo inmortal. Así como un computador es una extensión de nuestro cerebro. También
así, las ciencias del espíritu son unas
meras técnicas humanas.
No
se debe ver a las búsquedas ‘especializadas’ espirituales como algo tecnológico
sino como algo técnico porque la espiritualidad no está basada en algo material
como tal sino más bien en teorías lógicas y metafísicas que no van ciertamente
al mundo real material. Esto arremete en contra de la metafísica, que debe ser
eliminada de nuestro pensamiento ya que, como he explicado, es un vulgar
mecanismo de defensa de nuestros genes y no aporta gran cosa a un pensamiento
que busque la verdad. Si el ser humano busca la verdad lo más lógico sería que
superara estos mecanismos inservibles que, de seguro, solo limitaran su
búsqueda de la verdad.
Mientras
que de sus demás acciones si podemos encontrar acciones tecnológicas como es la
creación de un edificio o un puente que requieren de estudios de arquitectura e
ingeniería que son basados en geometría y matemáticas para así realizar su acción.
Según
Lewis Mumford las bases de la acción humana son la mente y la aspiración humana
por una autorrealización creativa (Mitcham, 1989, pág. 53) . Pues bien esto no
es del todo falso Mumford propone que el ser humano basa su acción en la mente
y la autorrealización creativa, pero no solo se debe abordar desde allí, sino
más bien se debe decir, que el ser humano basa su actividad en su acción en la
mente y la autorrealización POR NECESIDAD. Me refiero a que el ser humano busca
una autorrealización para superar los problemas que la naturaleza le plantea y,
seguramente, una espiritualidad también le plantea. Si Mumford dice que la
máquina ha limitado al hombre de manera espiritual yo diría, basándome en todo
este estudio de la técnica, que la espiritualidad ha limitado al hombre. Puesto
que si el hombre no se centrara en una espiritualidad inútil, que solo trata de
evitar lo inevitable, como se explica antes, perderá toda concentración en la
creación tecnología y en suplir las necesidades orgánicas, a la vez, que
desarrolla más su entendimiento del mundo en el orden en que busca superar cada
vez más sus limitaciones, permitiéndose una vida más cómoda para que ese gen
egoísta trascienda de generación en generación.
Esto
también se puede ver reflejado en la moralidad en donde los argumentos que las
personas dan para actuar son cosas que se podrían llamar ciencias del espíritu
pero nos damos cuenta de que al aplicar éstas a la vida cotidiana se torna en
algo muy difícil o casi imposible esto se da porque los principios en lo que
centramos nuestra espiritualidad son los más antinaturales del animal humano.
Bibliografía
Bunge, M. (s.f.).
accion.
el gen egoísta. (s.f.). Recuperado el
03 de 04 de 2013, de III espirales inmirtales:
http://www.anatomiafractal.com/elgenegoista.pdf
Gasset, J. O. (1965). meditación
de la técnica . Madrit.
Mitcham, C. (1989). qué
es la filosofía de la tecnología? barcelona.
Mumford, L. (1971). tecnica
y civilizacion. madrid.
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